El pasado viernes recibimos un correo del presidente de la compañía en el que se nos informaba que “desgraciadamente” su plan de “recortes” no ha tenido el éxito esperado. ¿Y en qué consistieron esos recortes? Pues en congelar los exiguos sueldos de los trabajadores mientras directivos, gerentes y liberados sindicales varios (unos “oficiales” y otros en función de “favores prestados”) viven muy bien del cuento de siempre (siempre y cuando no haya que currar, claro). Así que ahora nuestros “responsables” toman la decisión de siempre: la culpa es del remero. La gran diferencia con otras ocasiones es que esta vez ya nos lo dicen a la cara: “os vamos a despedir porque no sabemos generar negocio”.
Lo curioso del tema es que ahora “todos lo sabían” pero la realidad es que “nadie lo esperaba”. Podríamos decir aquello de: “mira que os lo avisamos” pero no es el momento, porque mientras la empresa se curra el ERE con sus socios del comité, la empresa se gasta el dinero en pagar cuantiosas sumas a los medios de comunicación y revistas para recibir el premio TOP EMPLOYERS 2010. Sí, nuestro Director De RRHH Gonzalo Romeo fue a recoger este premio el pasado 7 de octubre en el Auditorio Rafael del Pino. Y a esto hay que añadir los gastos que suponen los abogados del buffete Garrigues y los gastos cuantiosos que supone pagar a los asesores de los sindicatos (no, no te sorprendas, ccoo y ugt cobran a las empresas miles de euros por la gestión de un ERE).
Algunos os preguntaréis cuál será la postura del comité (el de la empresa; el que hay) en todo esto. Nosotros creemos que no es momento de preguntarnos qué va a hacer un comité de empresa ante un conflicto de este calado. Es mejor que nos preguntemos todos qué queremos hacer y hasta qué punto estamos dispuestos a luchar por nuestro puesto de trabajo. Es hora de luchar y plantar cara, no de agachar la cabeza y esperar que “esta vez” no nos toque el marrón, porque después de este ERE puede que venga otro, o que vendan el chiringuito…y entonces será cuando te toque a ti, si esta vez te has librado.
Nosotros no vamos a asumir que la solución a los problemas sea la extinción del empleo. Nos posicionamos radicalmente en contra de cualquier tipo de medidas en este sentido. Si el despido va a ser colectivo la respuesta debe ser colectiva también. Los trabajadores de Thales debemos demostrar a la empresa que no nos dejamos avasallar y que responderemos a las agresiones con lucha. Es hora de dejar los pactos y las negociaciones de los paniaguados al margen y tomar las riendas de nuestro futuro.
Lo que no nos dicen es qué va a pasar después del ERE para los que queden en la empresa. A partir de echar a 105 trabajadores de una plantilla de 720, ¿podemos decir que una vez “sacrificados” los compañeros la empresa mutará en una consultora de informática seria, responsable y con pretensiones de ganar dinero? Pues sería la primera vez que los responsables del desastre son capaces de revertir la situación. Es más, dudamos que la dirección de la empresa tenga tan loable intención. Más bien parece que quieran reducir el coste de la compañía para luego contratar dos al precio de uno… o venderla.
2 comentarios:
Mi crítica es hacia los sindicatos mayoritarios CCOO y UGT que han estado muy cómodos recibiendo subvenciones y liberando a gente durante estos años de bonanza, en resumidas cuentas actuando como empresas y ahora quieren ser de nuevo los interlocutores de la clase trabajadora, pero desgraciadamente la gente se ha cansado de ellos y lo triste es que por culpa de estos vendidos, la clase obrera está cada día menos unida.
Las secciones sindicales de ccoo y ugt de THALES deberían ser consideradas sectas destructivas. Hay casos escalofriantes de sindicalistas que una vez fueron honrados, pero que una vez captados por la secta se convierten en zombis que repiten el mantra del argumentario del día, que suele ser la primera ocurrencia de un bobo solemne que idea bobadas, cómo no, de solemnidad. El más listo parece tonto, el tonto, tonto y medio. Estas secciones sindicales dan por hecho que la plantilla son como ellos y que aceptan sin pestañear la traición. Asumen la doctrina “Dos meses de titulares y se olvida”.
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