Más de 4 millones de parados (cifras oficiales), recesión económica, pérdida de derechos, amenazas varias hacia el sistema de público de pensiones (y en general al esquelético sistema de “protección social”) han dado una respuesta contundente por parte de los sindicatos oficialistas (CCOO y UGT) que salieron de romería el pasado mes para evitar que se impusiese la edad de jubilación a los 67 años. Eso sí, el Gobierno ya había dicho que no se iba a retrasar la edad de jubilación (al menos de momento), por lo que la apoteosis reivindicativa quedó un tanto deslucida…
¿Se puede plantear, siquiera como hipótesis, que estos sindicatos promuevan una convocatoria de Huelga General? ¡Ni de coña, vamos! En medio de la negociación de la nueva legislación laboral que recortará y precarizará aún más (si cabe) nuestros trabajos, no pueden ni plantearse una acción reivindicativa que rompa la “mesa de diálogo” (que se ve que es de caoba y por eso la cuidan tantísimo).
Sobre todo porque romper esa mesa de diálogo puede significar renunciar a Liberados Sindicales, subvenciones por cursos (financiados con fondos europeos, por cierto), pagos directos al sindicato o asesoría a empresas (sí, UGT y CCOO cobran por asesoramiento a departamentos de RRHH sobre temas tan de los trabajadores como “técnicas para comunicar un despido”), etc… Y eso es muchísimo dinero. Dinero que sale directamente de las arcas del Estado, es decir de los impuestos que pagan los trabajadores (en España son las rentas del trabajo las que, principalmente, acoquinan al fisco).
La CGT propone a los trabajadores una jornada de lucha. Ni caciques empresariales, ni gobiernos entreguistas, ni sindicatos a sueldo de los anteriores pueden contener a los trabajadores si luchamos juntos y unidos. ¿Unidad sindical?
¡NO!, ¡UNIDAD DE LOS TRABAJADORES! ¡¡¡¡HUELGA GENERAL YA!!!!
¿Se puede plantear, siquiera como hipótesis, que estos sindicatos promuevan una convocatoria de Huelga General? ¡Ni de coña, vamos! En medio de la negociación de la nueva legislación laboral que recortará y precarizará aún más (si cabe) nuestros trabajos, no pueden ni plantearse una acción reivindicativa que rompa la “mesa de diálogo” (que se ve que es de caoba y por eso la cuidan tantísimo).
Sobre todo porque romper esa mesa de diálogo puede significar renunciar a Liberados Sindicales, subvenciones por cursos (financiados con fondos europeos, por cierto), pagos directos al sindicato o asesoría a empresas (sí, UGT y CCOO cobran por asesoramiento a departamentos de RRHH sobre temas tan de los trabajadores como “técnicas para comunicar un despido”), etc… Y eso es muchísimo dinero. Dinero que sale directamente de las arcas del Estado, es decir de los impuestos que pagan los trabajadores (en España son las rentas del trabajo las que, principalmente, acoquinan al fisco).
La CGT propone a los trabajadores una jornada de lucha. Ni caciques empresariales, ni gobiernos entreguistas, ni sindicatos a sueldo de los anteriores pueden contener a los trabajadores si luchamos juntos y unidos. ¿Unidad sindical?
¡NO!, ¡UNIDAD DE LOS TRABAJADORES! ¡¡¡¡HUELGA GENERAL YA!!!!
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